jueves, 24 de febrero de 2011

Estilo

Que no me tuerza, me piden, que juegue, que no
me contorsione, que deje hacer al aire manifiesto
de la gracia, que destile, que tiempo y espacio pe-
diquen  en  mí su  orden  simultáneo,  que  no  bo-
quee, que  no me atropelle, que  sea  paciente, que

mi decir se  extienda en  alturas  consonantes, que
sea  pródigo y  medido,  que  desoiga  la  voz de la
multitud desparramada; me piden que entone, que
afine, que toda  sensanción  se  desencarne, que no
adjetive,  que  no me  diluya en  los  promontorios
encantados de  la ausencia,  lo que  está, está, y lo
que  no está  se fue, es  decir  no vino,  no  vendrá,
nunca  será mío;  resignación y  equilibrio,  eso me
piden, aire y juego en el hueso sobreviviente de la
imagen;  póstrese  ante  la  sabiduría  de  los siglos,
huya del desperdicio, e la densidad, de la hojaras-
ca  amontonada;  ningún  balbuceo,  ningún  bro-
te de oscilación  demonopática, poco,  muy poco
de su yo enterrado en la miseria que lo lleva; mo-
dales, rigor y  mesura, qué  es eso de tartamudear
ante la sílabas  gigantescas  de la angustia; su ma-
niera, me dicen,  es gorda,voraz,  demasiado cari-
ñosa,  inhiba  su discurso, me piden, virilícelo, de-
je los empachos zalameros de su vorágine interior,
sea  sobrio,  severo, despojado,  la  pregnancia se-
mántica y los favores del sentido no calzan con la
sutil  ambiguedad de la lírica deshidratada; sea ob-
jetivo,  córrase  de  su  yo,  instálese  donde  no lo
vean, la historia  no pasa  por usted,  el mundo no
depara  felicidad  ni alegría,   pero  tampoco  es la
causa de  su  desasosiego, obsérvelo, admire lo efi-
caz, lo  monolítico  del  resplandor civilizado, com-
pare la velocidad  productiva  de la realidad  con la
pereza simbólica de sus versos; usted no existe, me
dicen,  y si existe,  existe  poco,  es  decir, apocado,
encerrado  entre sus  brumas y esa manía, peligrosa
manía,  por los  arcaísmos y  la voluptuosidad sono-
ra de la lengua  castellana;  acepte  un  consejo, me
piden,  hágase  traducir  al inglés,  al francés, al ale-
mán,  a  cualquier  idioma  civilizado,  y  luego,  ya
disciplinado  su  texto  por  los  acentos del imperio,
libre  su  alfabeto de  arrabal  amargo y  batifondo
criollista, vuelva sobre lo suyo, hágase retraducir al
castellano, se asombrará, no quedará títere con ca-
beza de su  viejo estilo;  austeridad académica, eso
me piden, y que no mezcle, que abandone esa cría
de mestizaje  plebeyo y  furia conceptista,  la cosa
pasa por el ardid discursivo, por el regodeo crítico
y la ironía,  mucha ironía,  paródielo todo, eso nos
gusta,  me  dicen, no  hay nada que hacer,  no hay
nada  que  defender, la luz, si alguna vez hubo luz,
ya se extinguió, no hay  entonación que nos suble-
ve, hay risa,  mucha  risa,  hemos desaparecido en-
tre  las  carcajadas de la muerte; no  hay verso, me
dicen, no hay  estilo, no  hay  emoción ni entusias-
mo, la tormenta  del  habla  ya pasó, hay la insigni-
ficancia del esfuerzo.



Luis O Tedesco ( 1943) Poeta. De "Lomas del Mirador" - Losada -2006

sábado, 19 de febrero de 2011

Aerodinámico

Mi recorrido se asienta
en la promiscuidad
de una realidad que no daba para más
y un paisaje agobiado de explicaciones.

martes, 15 de febrero de 2011

Pepe Nuñez - Media Pena





La media pena



Si una pena es media pena
Para que tenerla en cuenta
Solo me alcanza de ida
Y a mi me falta la vuelta
Pero para que tenerla en cuenta

Que mi corazon no piense
Que me voy a buscar otro
Solo quiero que la pena
No camine con nosotros
Pero no me voy a buscar otro

Copla corta y que me importa
Cuando canto yo me olvido
Ay si mi pena pudiera
Hacer lo mismo conmigo
Esta copla es corta
Y que me importa

Que mi corazon no piense
Que he de hacer lo que el me diga
Si quiere penas mas grandes
Que solo el se las consiga
Pero no he de hacer lo que el me diga

Siempre queda alguna senda
Por donde no van las penas
Y unas coplas dentro de uno
Que las van haciendo ajenas
Pero siempre queda alguna senda

miércoles, 9 de febrero de 2011

(largo el viaje)

Un viaje largo y múltiple que nos traiga hasta aquí. A lo lejos
brilla la ciudad: cada ventana con su insomnio;
por lo que se ve la revelación ha terminado: ya nadie
habla a través de estas piedras, de estos manantiales, del crujido
          de la ciudad remota;
o tal vez ya no queda por revelar
y todo el contenido sea el presente sin orillas fijas.

Lo que sí hay es transformación: de piedra en viento, de
            bandada en coplas,
mudanza que vamos conociendo por el resultado,
con el pelo revuelto
y aferrados al traslado de un porvenir a otro.

Desde aquí se ve el vuelo nupcial de las luciernagas, se oye la
           tormenta en la cripta materna: madre de todo lo que
           suena;
y este es el hueco donde estamos: éste
el hueco donde todavía estamos hasta que, como a las piedras
           de la orilla
nos lleve la corriente.

Largo el viaje, largo el beneficio.

Santiago Sylvester, poeta (1943); De " El reloj Biológico" Edicones del Dock - 2007

miércoles, 2 de febrero de 2011

EL TRATO

Pensar que ya tenemos por delante
el invierno, le dije anoche al Tata
acordando que ninguno de los dos
hacemos muy buen trato con el frío
Después de un rato de silencio, como
asentándolo, me miró y dijo bueno,
si hay trabajo pesa menos, uno
mueve el cuerpo y allí afuera sale
el sol y calienta mejor que adentro
de las casas. Y este año algo tengo
para pasar el invierno, el ponchito
de los pobres, ¿no?, el sol, y sonrió
por haber hallado la frase esperando
mi aprobación. Blanco poncho de nieve
o abriguito del pobre. Lo vi pensar
en los niños entonces, con el precio
del kerosén y las garrafas. ¿Has
visto en las villas cómo sale todo
el mundo para afuera a media mañana?
Da gusto, y da pena. Yo me vuelvo
a mi casa caminando: se vendrá el invierno
pero el sol, el ponchito estará ahí,
protegiéndonos

Diana Bellessi, (1946) poeta argentina - De "La rebelión del instante" Adriana Hidalgo editora - 2005