jueves, 18 de abril de 2013

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El año siempre es significativo
cuando la memoria es pareja.

En enero del `78 tengo 7 años
una tendencia hacia los lugares altos
y una mirada ensimismada por las panorámicas
que se dejan notar.

Decir que algunas cosas
generan tendencias
o explicaciones
es apropiado
también que no es suficiente ver sonreír.

La cuestión es que el verano
no prometía nada
y en marzo debo rendir lectura.

Jamás fui un alumno ejemplar.
Siempre estoy cerca de lo posible
en la urgencia.

El contacto cotidiano con una persona querida
y un problema
tiene un solo camino que transitar.

Silvia era el nombre de una preferencia
para mi madre
todo se reducía
a una cuestión de temperamentos
algo del orden de las afinidades.

Cada vez
que los signos de la época
me interpelan
entiendo una paciencia
y vuelvo por mí
me paseo en su sonrisa
que nace de mi torpeza
al responder si pensar.

-su sonrisa doblego una resistencia-

El año escolar  
encuentra
que ya empiezo a  ponderar
lo mecánico de lo elusivo
aprendiendo a leer.