Lector de Marx, peronista tardío,
tenés la ciudad a tu disposición
para buscar trabajo, maldecirla,
o enloquecer de angustia en cualquier calle.
O por hábito de espalda al sindicato,
escribir el graznido metafísico.
Y esperá, esperá, seguí esperando
que todo no tardará en llegar.
¿Qué haces parado acá,
golpeándote una pierna con el diario?
Hondamente respirás el viento sur
aun con sabor a pasto y a desierto,
y hacen bien las grandes nubes - lentas -
en el azul frío de agosto.
Hugo Caamaño (1923) poeta argentino- De Obra Poética - Alción Editora - 2007