domingo, 9 de diciembre de 2012

nimiedad que disuade

Un autor olvidado 

No hay emoción ahora. El cigarrillo 
humea en la penumbra. (¿Quién habrá 
hecho esta sinfonía? La fanfarria 
que cierra el movimiento, la tragedia 
que abre el siguiente, no me lo revela.) 

Pasa un auto a lo lejos. Amanece 
muy lentamente y la ciudad 
se pone a trabajar. Dolor 
de espalda. Desperté a las dos, 
pero de ayer. La gata está comiendo
del balanceado. Puede que me duerma 
sin más. Me tomo un vaso de agua 
helada, transparente, refrescante, 
un Lizarazu que desgusto a solas. 

(Pero hoy no hay maquinita de escarbar 
secos escombros: nadie se lamenta, 
y menos yo, que nombro lo que tengo.) 


Ahora 

Ahora se conecta, Ahora anhelo. 
Ahora espero un poco. 
Ahora somos dos que no se miran.
Ahora me separo
del dolor. de puñales. (Hojas muertas 
que no se estorban pero 
que aún se saben hijas del andar; 
rompecabezas trunco, 
mesita en que acomodo los papeles 
en que te hago durar.)


Ecuánime, objetivo 

El  alma, quieta, ayer, 
podía renunciar 
a la escritura. Como 
haber periclitado 
- ¿la terapia?, ¿loslibros?- 
las emociones. Sé 
que escribir es tener 
violentos movimientos 
en el alma, y que duren; 
la sobriedad indigna. 
Y en eso estoy: minúsculo, 
aquietado, imparcial, 
como un cero a la izquierda 
de toda sensación; 
no son largas las horas, 
los dramas son ajenos, 
y me sorprendo mucho 
de que la gente sufra.
Ecuánime, objetivo, 
hoy por hoy sólo soy 
un escriba prolijo,
nimiedad que disuade.


Pablo Segui (1973) poeta cordobés. Del libro "Naturaleza muerta" - Editorial "El copista" - 2011

1 comentario:

  1. ¡Eh! ¡Recién hoy veo este post! ¡Muy amable de difundir los poemas, Cefe! Gracias, claro está, por el interés.

    ResponderEliminar