martes, 6 de julio de 2010

Un atardecer de abril después de una separación

Ya no tengo a quién esperar
De modo que para qué preocuparse
por cambiar las sábanas
o barrer el patio.

Se hace lo imprescindible
regar las plantas
dar de comer a los gatos
¿qué culpa tienen?
Al crepúsculo salgo a la calle
en busca de cerveza.
Mi vecino homosexual me invita
a cenar este sábado en su casa.
Acepto.
Donde no hay sexo no hay problemas.

Estos encuentros
han llegado a ser mi único sentimiento.

Estela Figueroa, poeta (1946) - De  "La Forastera" -Ediciones Recovecos (2007)

No hay comentarios:

Publicar un comentario