domingo, 27 de junio de 2010

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Con mi viejo cuando hablamos
las palabras nos rechazan como si estuvieran ahí
esperando armar el cuadrilátero de la política ansiosa como si su oficio
y la única función que les perteneciera fuera la de hacer disputas que no terminan
de empezar nunca

y es que el punto, hemos descubierto, que es ése
que no sabemos vivir de otra cosa:
él de ser mi padre y yo de ser su hijo,
de querer ganar siempre
el más testarudo empate

es un deporte poco entretenido
demasiado agotador, improductivo, lleno de golpes
bajos que ha fuerza de la repetición van perdiendo
su eficacia y se convierten en la prueba de cuán diferentes somos,
en la constatación y perpetuación de nuestra condición
de rivales inseparables.

la tregua que nos alimenta, que le da de comer a nuestra guerra
no es otra cosa que el fútbol, el exquisito deporte
donde lo importante es ser hincha de cualquier cuadro para poder festejar
en la cara -si no es la gloria propia, el fracaso- del otro.

perdemos siempre el tiempo en este hábito
delicado no lo descuidamos nos encargamos de cultivarlo
no vaya a ser cosa que yo lo termine admirando o peor aún
que a él se le escape una demostración de un cierto orgullo que profesa
de manera catacúmbica por mí.

a veces cuando yo flaqueo él le da leña a la cuestión y si no alcanza
le mete kerosén y así se abre el juego y se manda alguna de esas imprudencias orales
que te gatillan la lengua, que activan las glándulas de exasperación
y salen eyectadas en un por qué no
te vas un poco a la mierda.

ya debe estar por caer, en cualquier momento 
va a entrar por esa puerta, calculo que dentro de un rato llega
y va a decir algo, seguro va a salirse con alguna 
cacofonía de las que son suyas. 
es menester entonces que piense en una defensa, que organice alguna frase
para que no se las lleve de arriba, para resistir 
desde la frontera del empate.

Marcio Olmedo, poeta (1987 ) Inédito.

sábado, 19 de junio de 2010

Publicidad

Nada más alejado de lo real
que el mercado. 

Las variaciones del deseo 
el gusto, las tendencias, lo impuesto 
también se ajustan a lo no dicho 
a lo que esta ocurriendo.

lunes, 14 de junio de 2010

Otros tiempos

Nosotros, como los fugitivos,
como las flores que no se pueden contar
y como las bestias que no necesitan recordar,
vivimos en el presente.


Muchos se empeñan en decir "Ahora no"
muchos han olvidado cómo
decir "Soy", y se perderían,
si pudiesen, en la historia.


Inclinándose, por ejemplo, con la gracia de antaño,
ante la bandera adecuada en el lugar adecuado,
murmurando escaleras arriba, como los antiguos,
sobre lo Mío y lo Suyo, lo Nuestro y lo de Ellos.


Como si el tiempo fuese lo que ellos deseaban
cuando todavía tenía la cualidad de quedarse
   quieto
como si estuviesen equivocados
al no querer ya pertenecer.


No es de extrañar que tantos mueran de pena,
que tantos estén tan solos al morir;
nadie cree en la mentira ni la aprecia;
otros tiempos tienen otras vidas que vivir. 

Wystan hugh Auden (1907/1973) poeta estadounidense de origen ingles- De "Parad los Relojes y otros poemas" Ed. Mondadori -1999-Traducción Javier Calvo

sábado, 12 de junio de 2010

Doctrinarios

Aunque olfatean
(Wittgenstein mediante),
que la seguridad de que el sol
fatalmente saldrá mañana
suena a pura hipótesis
y ligereza, osadía,
concluir de los hechos presentes
acontecimientos del porvenir,
              ninguno de ellos se inmuta, desanima,
y como un ritual  persisten en ofrendarnos
su esforzado examen, la misión
de embaucar a nuestro estómago
con que hasta la extinción de los siglos
habrá de fecundar las artes
aquel sarcasmo, imbatible,
de que los pobres son más interesantes
que los ricos.

Alberto Girri (1919-1991) poeta argentino - De "Poesía de Observación-1973"- Obra Poética III, Ed. Corregidor -1980

viernes, 4 de junio de 2010

Ripios


Orador

El que habla a la multitud
apenas repara en la multitud
porque lo que él quiere
es que lo escuchen
sepan que piensa, desea
y cuando la multitud
ya se ha ido a sus casas
y solo queda el orador
las emociones son confusas
demasiadas
para un espíritu desencajado
por los favores flacos de la historia
y sencillamente
habla con otros oradores
intercambian impresiones, figuritas
corrigen viejos discursos
y se consuelan
concertando citas
firmando acuerdos.

Asegura
que su voz
es muchas
una más
en el desconcierto general.

                                 Diciembre de 1999.

En la rúa

Es cosa de no creer
lo que se escucha.
El viejo
pendejo cadete militar
en sus memorias íntimas
reuniones familiares
escupe números en la televisión
como si estuviera
lustrando sus botines escolares
y se queda quieto
subalterno
esperando que le digan
cómo sigue esto
qué colectivo debe tomar.

                                               setiembre de 2001.

martes, 1 de junio de 2010

que dicho sea de paso





Visto desde aca

Hemos tenido poco más
que una fecha enamorada
de dudosa procedencia
discusiones salariales
de poca consistencia

Se ha pronunciado tanto la incertidumbre
hasta adquirir un cierto grado de violencia

pero detrás de la tarde y más después
una quierazón histórica me gobierna
me aclara que una revancha no se pide. Se merece
como la intimidad el sueldo y la mañana.


En los tiempos que corren

Ya es asunto de los años
el oficio de niñez que sostengo
y entre la suma y resta de creer
en todo lo que se me ha puesto delante
uno puede encontrar cosas del adentro
la piedra que se elige tropezar
lo que nos es negado o lo que es peor aún
lo que nos llego y se fue
su largo arrastre de omisiones y propinas

Apenado ciertas horas
me doy maña
que dicho sea de paso
no es poco ni tarde.


Andrés Rubino, poeta (1981)  De "dicho sea de paso" - Pan Comido ediciones -2010-