jueves, 29 de julio de 2010

Oración

No preciso esta suerte
ni la niego.

El día aclara
y retomo las tareas.

La noche es una
y repite sus esfuerzos.

Todo es preciso
nada es inútil.

                 (2003)

sábado, 24 de julio de 2010

Memoria de Raúl Gustavo Aguirre

Hay últimos poemas recorriendo mi oído
leídos por teléfono en la noche
de un año irracional y tú
simplemente feliz como una afirmación.
Porque entonces eran poemas posibles
y dejabas al tiempo de los otros su adecuada solución
la distancia no te consume
y desmiente la teoría de una oscuridad personal.
¿Pero en qué clase de verdad
están sumergidas tu cantidad, tu jornada tangible,
la confusión del yo en la desgracia cardíaca,
ahora que la realidad gira desamparada
abandonada por tu imaginacion?
Una y otra vez tu poesía responderá por esto,
un acto de presencia modulando el secreto
de todas las certezas
que te daban razón contra la brusca asfixia.
Aquí, sin prueba acerca de lo velado
junto al teléfono inútil o en tristes fragmentos
de habitaciones y calles carnales
mi oído insiste en alojar músicalmente
todo lo que tú nos inventabas: un lenguaje
para una sucesión de figuras ordenadas,
principios de expresión
que dilatan nuestros nervios principales,
progresiones de larga duración en este dudoso planeta.
Qué especie de triunfo hay en una caída superior,
no lo sabemos. Pero hasta que podamos
regresar del error y la amenaza de la materia
esta destrucción reclamará un significado.

Joaquin O Giannuzzi, poeta (1924-2004) De "Poemas 1958/1995"- Ediciones del Dock (1995)

miércoles, 21 de julio de 2010

(empiezo por lo más sencillo)

Empiezo por la más sencillo: yo he nacido aquí;
sigo por las macetas y por el número dos, tan repartido en esta
          abertura asomada sobre el río;
y ahora lo mejor: soy el que mira y
deja de mirar, y soy el que saca cuentas de lo que falta para irse.

Un cartel repite la vieja máxima civilizatoria: "organizar
es destruir": por todas partes el cartel:
clavado en el poste, flameando en la velocidad o móvil en la
          rueda de la bicicleta.

Sin embargo, decir aquí he nacido
tiene una dificultad; haber nacido es algo a resolver: un cerco
del que ya se han ido los animales y el tiempo pasado.

¿También se habrá ido el porvenir? Una chica
cuenta que el diablo se le ha aparecido: no tiene cara -dice-
         sólo unas pezuñas lo delatan,
y baila en las carpas apartando en cada zamba a su dañado.
De esto
quedan pruebas: ahí está la yegua baldada, la higuera rapada en
          la nuca,
el rastro de piedras. 
Por esa senda -dice la chica- no hay futuro; que es como 
           decir: vengo 
de donde estaba 
y este es el sentido de un viaje que no haré.

Otro cartel informa: "cuando el viaje tiene sentido no es 
             necesario hacerlo";
y se puede corregir: cuando el árbol
tiene sentido no es necesario hacer nada;   
cuando tiene sentido el viento, cuando el sentido está a favor
            del perro que ladra, del gallo que canta, de la gallina que
            cacarea su huevo en la leñera,
no es necesario hacer nada.
Sólo es necesario hacer algo cuando todo empieza a dar
         lo mismo: entonces
es urgente;
                 de ahí
que no sea tan sencillo decir aquí he nacido: empieza a dar lo
                 mismo, pero esto
es sólo un punto de vista sobre el que otro día podemos discutir.

Santiago Sylvester, poeta (1943) - De "El reloj Biológico" Ediciones del Dock - 2007

sábado, 17 de julio de 2010

La corroboración de los hechos

A cada instante me despido de las cosas
de ciertos momentos me voy.
De ciertas personas
enumero una verdad 
como sonrisa que supera
el primer movimiento.

                                               (1999)

sábado, 10 de julio de 2010

Es arduo este trabajo

He podido compensar
mi inclinación hacia lo efimero
inútil
con un sentido de las proporciones.
Así con una cantidad precisa
de palabras
de hechos recientes y pasados
(que solo el corazón dirá)
construyo
espacios abiertos
multitudes

martes, 6 de julio de 2010

Un atardecer de abril después de una separación

Ya no tengo a quién esperar
De modo que para qué preocuparse
por cambiar las sábanas
o barrer el patio.

Se hace lo imprescindible
regar las plantas
dar de comer a los gatos
¿qué culpa tienen?
Al crepúsculo salgo a la calle
en busca de cerveza.
Mi vecino homosexual me invita
a cenar este sábado en su casa.
Acepto.
Donde no hay sexo no hay problemas.

Estos encuentros
han llegado a ser mi único sentimiento.

Estela Figueroa, poeta (1946) - De  "La Forastera" -Ediciones Recovecos (2007)