Vamos al zoológico, amor,
y llevemos a los chicos.
Ellos deben saber de la variedad
de los proyectos de Dios. Deben
saber que nosotros no somos
su única apuesta. Pueden
deducir, acaso, que no hay
ningún dios, y que el azar rigió
estos resultados espléndidos;
que piensen lo que quieran.
Y después, que quieran
lo que piensan.
Eduardo D'Anna (1948) poeta argentino- De "Zoológico" -de Ediciones Recovecos - 2006
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