8
Mi hijo es perezoso.
Se preocupa por banalidades
como yo.
Nos entendemos.
Me preocupa escribir con pretensiones,
nos preocupa cuando el gato no aparece.
19
Yo sé que en algún lado nuestro amor existe
como existen los esteros y los ríos.
Ajeno a nosotros como si fuera un hijo.
Un hijo que se fue.
Y lo pensamos.
En algún lado, le damos nuestro cuerpo.
Le damos todavía nuestros gestos.
Nos preguntamos.
En nuestra memoria es tan distinto
como cada día que tuvimos.
Hasta podemos saborear su sangre
como después de un puñetazo.
Porque hoy nuestro amor no nos asiste.
Aunque esté erigido en algún sitio
o fluya sobre un cauce
o se haga brasa.
27
Ayer a la tarde fui otra vez.
Los gatos estaban misteriosamente blancos
en medio de la mugre y de los pastos.
Unas colillas, jabones, una taza.
Supe que habías estado por ahí.
Casi pude sentir tu desolación
como pude sentir la mía esa mañana
en que me dejaste sola tras la puerta.
Porque las paredes en estas horas hablan
con una voz que nunca se derrama.
Y las cosas, ya sabemos que no importan,
pero están o no están, y como sea, cantan.
Heladas o hirvientes esperan que las notes
mientras el aire agrio te rodea.
Carina Sedevich (1972) poeta argentina - De "Como segando un cariño oscuro" - Ediciones Llanto de mudo- 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario