Un autor olvidado
No hay emoción ahora. El cigarrillo
humea en la penumbra. (¿Quién habrá
hecho esta sinfonía? La fanfarria
que cierra el movimiento, la tragedia
que abre el siguiente, no me lo revela.)
Pasa un auto a lo lejos. Amanece
muy lentamente y la ciudad
se pone a trabajar. Dolor
de espalda. Desperté a las dos,
pero de ayer. La gata está comiendo
del balanceado. Puede que me duerma
sin más. Me tomo un vaso de agua
helada, transparente, refrescante,
un Lizarazu que desgusto a solas.
(Pero hoy no hay maquinita de escarbar
secos escombros: nadie se lamenta,
y menos yo, que nombro lo que tengo.)
Ahora
Ahora se conecta, Ahora anhelo.
Ahora espero un poco.
Ahora somos dos que no se miran.
Ahora me separo
del dolor. de puñales. (Hojas muertas
que no se estorban pero
que aún se saben hijas del andar;
rompecabezas trunco,
mesita en que acomodo los papeles
en que te hago durar.)
Ecuánime, objetivo
El alma, quieta, ayer,
podía renunciar
a la escritura. Como
haber periclitado
- ¿la terapia?, ¿loslibros?-
las emociones. Sé
que escribir es tener
violentos movimientos
en el alma, y que duren;
la sobriedad indigna.
Y en eso estoy: minúsculo,
aquietado, imparcial,
como un cero a la izquierda
de toda sensación;
no son largas las horas,
los dramas son ajenos,
y me sorprendo mucho
de que la gente sufra.
Ecuánime, objetivo,
hoy por hoy sólo soy
un escriba prolijo,
nimiedad que disuade.
Pablo Segui (1973) poeta cordobés. Del libro "Naturaleza muerta" - Editorial "El copista" - 2011
¡Eh! ¡Recién hoy veo este post! ¡Muy amable de difundir los poemas, Cefe! Gracias, claro está, por el interés.
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